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Teoría de Stephen Hawking



Stephen Hawking





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(Oxford, 1942 - Cambridge, 2018) 

Físico teórico británico. A pesar de sus discapacidades físicas y de las progresivas limitaciones impuestas por la enfermedad degenerativa que padecía, Stephen Hawking es probablemente el físico más conocido entre el gran público desde los tiempos de Einstein. Luchador y triunfador, a lo largo de toda su vida logró sortear la inmensidad de impedimentos que le planteaba el mal de Lou Gehrig, una esclerosis lateral amiotrófica que le aquejó desde que tenía veinte años. Hawking fue, sin duda, un caso particular de vitalidad y resistencia frente al infortunio del destino. 

Mientras cursaba su doctorado se casó con Jane Wayline (1965), con quien tendría tres hijos. Tras casi veinticinco años de vida en común, en 1990 la pareja se separó y el científico se fue a vivir con Elaine Mason, una de las enfermeras que lo cuidaba y con la que cinco años más tarde contrajo matrimonio; esta segunda relación se prolongaría hasta 2007. Después de obtener el título de doctor en física teórica (1966), su pasión por el estudio del origen del universo fue en aumento, y sus investigaciones se centraron en el campo de la relatividad general, particularmente en la física de los agujeros negros, descrita por primera vez por Robert Oppenheimer en 1939.

Sus estudios sobre los miniagujeros negros lo llevarían a combinar por primera vez la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica para resolver el problema de estudiar estas estructuras de dimensiones muy reducidas y de densidad extraordinariamente elevada, sobre las que no se creía que se pudiese obtener algún conocimiento. En 1974 propuso, de acuerdo con las predicciones de la física cuántica, que los agujeros negros emiten radiación térmica hasta agotar su energía y extinguirse. Hawking ha explorado asimismo algunas singularidades del binomio espacio-tiempo. 

Resulta una gran paradoja, sin duda, que un hombre que se involucró plenamente en la tarea de clarificar los conceptos científicos para el público medio (a diferencia de la mayoría de sus colegas, Hawking optó decididamente por la divulgación) hubiera de enfrentarse duramente con la dificultad de poder comunicarlos. No obstante, gracias a su empeño y tenacidad, no dejó de salvar los escollos que se derivaban de sus discapacidades físicas. En 1989, en ocasión de su visita a España para recibir el premio Príncipe de Asturias, Stephen Hawking subrayó la importancia de que los ciudadanos de a pie posean las nociones científicas suficientes para participar en los debates que abren los nuevos avances científicos y tecnológicos, evitando que todo quede en manos de los expertos. 

Ese es el mensaje que se descubre en algunos de sus libros más famosos, como Historia del tiempo: del big bang a los agujeros negros (1988), que ha sido traducido a treinta y siete idiomas y del que en pocos años se vendieron más de veinte millones de ejemplares. En su propósito de hacer llegar el libro a un público amplio, Stephen Hawking renuncia a las fórmulas y a las exposiciones para especialistas, pero no abandona el tratamiento riguroso de la cuestión. Procede primero a una amplia exposición de las ideas cosmológicas actuales (el big bang y la expansión del universo), así como de los principales hallazgos de la física de las partículas, que explican a nivel sub-atómico cómo es la materia y las fuerzas que la gobiernan. Hawking pone de manifiesto la sorprendente convergencia de estas dos vías de investigación, que han dado nacimiento a una nueva disciplina: la astrofísica de las partículas.

En Historia del tiempo el autor aborda también, manteniendo siempre el tono de alta divulgación, temas como los agujeros negros y, además del origen, el posible destino del universo. Tampoco elude la pregunta que se formula el hombre común cuando se enfrenta a estas cuestiones: el papel de Dios en todos esos fenómenos, así como la creación del universo, punto en el que Stephen Hawking abandona el tratamiento rigurosamente científico para aventurarse en los inciertos caminos de la especulación metafísica.

Otro libros posteriores, como Agujeros negros y pequeños universos (1994), El universo en una cáscara de nuez (2002) o El gran diseño (2010), manifiestan una intención divulgativa todavía mayor que sus libros precedentes. Respecto a su biografía más especializada, sus esfuerzos para describir desde un punto de vista teórico las propiedades de los agujeros negros, así como la relación que estas propiedades guardan con las leyes de la termodinámica clásica y de la mecánica cuántica, han quedado recogidos en obras como The Large Scale Structure of Space-Time (1973, en colaboración con G.F.R. Ellis), Superspace and Supergravity(1981) y The Very Early Universe (1983). 


Teoría del Todo

'La teoría del todo', el amor y la superviviencia de Stephen Hawking

No deberían existir fronteras para el esfuerzo humano. Por muy dura que nos parezca la vida, mientras haya vida hay esperanza. Stephen Hawking

A pesar del envoltorio, 'La Teoría del Todo' no se limita a la faceta romántica de la historia sino que intenta reflejar la importancia de Jane en la vida del científico, quien con apenas veinte años recibe un devastador diagnóstico: sufre esclerosis lateral amiotrófica y su esperanza de vida se reduce a dos años. Tras un comienzo que tiene el propósito de funcionar como contraste, centrado en el feliz enamoramiento y la presentación de cómo era Hawking antes de quedar limitado por su terrible enfermedad, la película muestra su verdadera cara. Marsh, reputado realizador conocido por 'Man on Wire' (2008), pone el punto de mira en el drama de la pareja, en cómo afecta la enfermedad a la relación y cómo tratan de superarla a pesar de todos los obstáculos. Y lo hace de manera loable, respetando las dos perspectivas, mostrando la impotencia y la frustración de ambos. Asistimos al deterioro físico de Hawking pero la cámara no se recrea, solo vemos lo necesario para seguir la evolución y comprender tanto la tragedia como su extraordinario esfuerzo por sobrevivir pese a todo, por continuar con su vida en la medida de lo posible. 

Es llamada la historia de un sobreviviente y su compañía, al su cuerpo dejar de  responder, le vemos refugiarse en su investigación, su familia y su sentido del humor para no caer en la desesperación. Mientras él lucha por continuar vivo, ella se convierte en esposa, madre, ama de casa y enfermera. Todo ello sin dejar los estudios. Una auténtica superheroína. Si bien la película maquilla y adorna la realidad para hacerla más digerible o atractiva para el mayor público posible (un aspecto tan criticable como comprensible), mantiene un retrato verosímil de los protagonistas que incluye los errores y las flaquezas de ambos. 

En esta lucha, donde la paciencia y la cordura es puesta a prueba hasta niveles solo imaginables por quienes lo han sufrido, la relación comienza a tambalearse. El amor no dura, como ya sabe el espectador desde antes de sentarse en la butaca, y Marsh se preocupa en mostrar cómo se crea y se fractura, repartiendo responsabilidades hacia ambas partes. Nunca sabremos qué ocurrió en realidad (y tampoco debería importarnos) pero lo que se refleja en la pantalla resulta creíble, y eso es lo importante. Ése es el triunfo del director. Para ello cuenta con una espectacular transformación de Eddie Redmayne; llegas a pensar que estás viendo al auténtico Hawking. Cualquier premio que reciba será justo (a la escena de la ruptura me remito). La interpretación de Felicity Jones (buscad 'Like Crazy') y la música de Jóhann Jóhannsson son los otros puntos fuertes de 'La teoría del todo'. Se echa en falta un mayor enfoque en los méritos científicos de Hawking pero parece que Marsh no tenía intención de meterse en ese terreno. Le interesa más la historia de amor, superación, esperanza y asombro ante los aspectos más extraordinarios de la vida.

Autores:
Andrea Durán
Yofranyelis Urpón